Casandra Montero Rodríguez Mediocampista | Tiene una historia de lucha incesante. A sus 28 años de edad es una de las figuras de las Chivas.
Su historia:
Para alcanzar la gloria, Casandra atravesó un largo y sinuoso camino, en el que estuvo a punto de abandonar al futbol.
Pero fue su madre, Guadalupe Montero, quien la convenció para no rendirse.
Su sueño comenzó en el ejido 27 de Septiembre, perteneciente al municipio Sayula de Alemán, Veracruz.
“hay apenas 50 o 60 casas, es todo terracería, ahorita ya hay más Internet, pero sí estábamos muy alejados de la civilización”.
Fue así como su madre, al ver las limitaciones que había, emprendió el viaje a Estados Unidos dejando a Casandra con sus abuelos.
“Nosotros somos de un pueblito, de un ranchito en el que no hay mucho de dónde trabajar, a lo mejor en tu terreno, y ella buscó salir para darme lo mejor.
Me dejó con mis abuelitos maternos y mis tíos, todos vivimos relativamente cerca, entonces crecí lejos de ella.
Pero mandaba el sustento para que yo pudiera seguir estudiando y hacer lo que me gustaba”.
“Yo jugaba futbol, pero no de manera formal, pura cascarita con los vecinos y en la escuela.
Pero cuando decidí salir del rancho para ir la ciudad para buscar jugar, ella me apoyó, tenía como 17 años.
Es cuando supe que sí existe más futbol femenil, que había Liga amateur, y es como surge esta posibilidad de jugar”, recordó Casandra.
Casandra Montero Rodríguez Mediocampista | Su mamá:
Para mí es lo máximo, la persona más importante en este mundo, en mi vida, la cual, sin dudarlo yo daría mi vida por ella.
Es un gran ejemplo a seguir como persona, como mujer, es madre soltera, siempre ha sacado la casta, nos ha sacado adelante.
Nunca me ha dejado sola en cuestión de apoyo, de consejos, en lo económico, siempre ha estado al pie del cañón y eso me ha dado el sostén para dar ese paso.
La admiro mucho, cuando yo estaba a punto de tirar la toalla, ella me dijo: ‘inténtalo, sácate la espinita, sabes que te apoyo a la distancia’.
Gracias a ella es que seguí adelante, también sé que es en base al trabajo que he realizado, nada es suerte, nada es casualidad, me ha costado.
Soy una persona muy disciplinada, y eso se lo he aprendido a mi mamá, porque sin ella no hubiera logrado esto.
El día de la Final de Chivas contra Pachuca, les hice videollamada a mi familia porque nosotras estábamos, y mi mamá me dijo:
“tranquila, con todo, como siempre disfrútalo, porque esto no se vive dos veces”.
Casandra Montero Rodríguez Mediocampista | Apunto del retiro:
La cuestión se tornaba difícil en cuanto a cambio de ciudad, yo sí quería, pero pones en la balanza muchas cosas como el sueldo, la renta.
Ya había pasado por muchas cosas así, y no es chido estar jugando y preocuparte por pagar la renta, que no va a alcanzar.
Ya estaba grande, mi mamá ya me había apoyado bastante, ya me daba pena pedirle dinero, y era más por esa parte.
Fui a hacer visorias a Lobos BUAP, me aceptan, pero se vende la franquicia a Juárez y me dicen que se habían cerrado las visorias.
El único que tenía visorias abiertas era Tiburones de Veracruz, y ahí me dan la oportunidad de debutar profesionalmente.
En Veracruz me tocó la desafiliación del equipo, después me fui a Morelia, pero ahí estaba lesionada, me operaron, no pude jugar con Morelia porque también me tocó la pandemia del 2020 y pues la Liga se canceló.
Cuando me dieron de alta se dio el traslado de la franquicia de Morelia a Mazatlán, y ahí sólo estuve un año hasta que Chivas se interesó por mí.
Las oportunidades hay que tomarlas, son decisiones de vida, y no me arrepiento de haber tomado la decisión de estar en Guadalajara, y me siento en casa.
¿Cómo viviste esa etapa con equipos que no eran protagonistas?
La verdad es feo. Me acuerdo que todos los entrenamientos eran bien difíciles, y me decía: “si esto es ser profesional, es muy cansado, no sólo en lo físico sino en lo mental”.
Pero al llegar a Chivas me doy cuenta que no todos los clubes tienen completas las áreas de fisioterapia.
Todas las atenciones que necesita un profesional para recuperarte y estar al 100 por ciento cuando se presenta el partido.
Cuando jugaba con Tiburones estaba bien cansada, no tenía energías, y el resto igual.
Es difícil, porque en lugar de disfrutar el sueño que tanto anhelaste es muy fácil tirar la toalla, pero se trata de perseverar, eso te hace lograr el objetivo mayor.
El que Chivas me haya llamado fue sorpresivo, fue muy pronto, porque apenas tenía un año de ser constante en la Liga.
Que un equipo tan grande como el Guadalajara que se interesara para mí sabía que sería un cambio drástico para mí, pero puse todo mi empeño para que todo saliera bien.